dimecres, 9 de juliol del 2014

09/07/14. Gestha. Carlos Cruzado Catalán. Reforma fiscal: un parche que no garantiza suficiencia ni equidad. Cómo va a compensar el Gobierno la caída de ingresos tras la reforma fiscal?


Benvolguts,

Continuem explorant el web del Gestha, guiats pel seu president Carlos Cruzado Catalán. Avui comentem dos escrits més del Gestha relatius a la reforma fiscal. El primer explica la no-nata reforma fiscal original, parla de la Comisión de expertos que havien d’haver donat les pautes per la reforma fiscal (d’acord amb l’autoritat competent, de la FAES, evidentment), explica que PP i PSOE a efectes fiscals són la mateixa cosa  (independientemente del color político) o sigui el PPSOE. Explica que fan “parcheos” però no explica per què ni parla de l’invent del De la Fuente. El segon es pregunta d’on sortiran els diners que l’estat deixarà d’ingressar degut a la reformada reforma fiscal. I ho explica: en part venent patrimoni (una part d’AENA a un sol grup, en contra dels criteris de Catalunya de permetre que cada aeroport faci la seva pròpia gestió), així com l’explotació privada de les infraestructures, ferrocarrils, autovies, autopistes, que havien sigut construïdes amb deliris de grandesa i per satisfer el lobby del Puente Aereo...

24-06-2014

1. Reforma fiscal: un parche que no garantiza suficiencia ni equidad

Esta entrada ha sido escrita por Carlos Cruzado Catalán, Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).

El próximo día 5 de julio se cumplirá un año de la decisión del Gobierno de  iniciar el proceso para acometer una reforma legislativa que suponga una revisión del conjunto del sistema tributario, tal y como se expresaba en el acuerdo adoptado en el Consejo de Ministros de tal fecha, en el que se nombraba a los miembros de la Comisión de expertos a los que encargó la elaboración de un informe al respecto.

Un año después, sin embargo, y una vez recibido el informe de los expertos, el Gobierno no propone esa revisión completa del sistema tributario, sino un nuevo “parcheo” puntual, como los que desde hace ya algunos años han venido realizando los distintos gobiernos, independientemente del color político.

Obviamente, el resultado de afrontar los problemas tributarios de esta forma ha provocado que nos encontremos ante un sistema tributario agotado, que no cumple con la finalidad de recaudar lo suficiente para atender al gasto público que un estado del bienestar requiere, ni con los principios que, según el artículo 31.1 de nuestra Constitución, deben informar el mismo: generalidad, igualdad y progresividad. Situación que, tal y como mantienen la mayoría de los expertos, requería, como hace un año anunció el Gobierno, de una revisión del conjunto del sistema tributario y no de una simple modificación parcial de dos de los impuestos que conforman el sistema, por mucho que hablemos del primer y tercer impuesto en lo que a recaudación se refiere.

Las modificaciones propuestas estos días por el Gobierno en el IRPF y en el impuesto sobre sociedades, que conllevarán una pérdida de recaudación que podría alcanzar los nueve mil millones de euros de aquí a 2016, se plantean solo unos días después de que Eurostat haya publicado los datos de recaudación de impuestos de los países de la UE correspondientes al ejercicio 2012, y de ellos se desprende que España se encuentra siete puntos por debajo de la media de los países de la Unión en presión fiscal, en el 32,5% del PIB.

Por ello, y teniendo en cuenta el compromiso de reducir nuestro déficit hasta el 4,2% del PIB en 2015 y al 2,8% en 2016, que conlleva un ajuste de casi 30.000 millones en estos dos años, se hace necesaria una explicación del Gobierno respecto de cómo piensa compensar la bajada anunciada, dado que no parece lógico fiar la misma exclusivamente a una recuperación económica todavía poco robusta y que será débil en los próximos años.

Y en este sentido, y dado el reiterado desacierto de las previsiones económicas de los distintos gobiernos de turno, se tornan probables otras opciones ahora silenciadas, como pueden ser otros recortes en gastos y prestaciones sociales o mayores copagos en educación, sanidad o utilización de infraestructuras públicas, tal y como contemplaban los expertos en su informe sobre la reforma fiscal.

En definitiva, los “parcheos” anunciados ni garantizarán el principio de suficiencia del sistema tributario, ni, desgraciadamente, mejorarán la equidad del mismo, continuando en entredicho los principios constitucionales de generalidad, igualdad y progresividad.

21-06-2014

2. ¿Cómo va a compensar el Gobierno la caída de ingresos tras la reforma fiscal? Artículo de Carlos Cruzado

El ministro de Hacienda Cristóbal Montoro cifraba a regañadientes entre 4.800 y 5.000 millones de euros el dinero que las arcas públicas dejarán de ingresar con la entrada de las nuevas medidas fiscales anunciadas para el Impuesto sobre la renta por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, a los que habrá que sumar al menos otros 2.500 por las referidas al Impuesto sobre sociedades. Es lógico que prefiriera en ese momento no dar esa cifra porque el interrogante que salta de inmediato en la mente de todos los contribuyentes es saber de dónde saldrá el dinero que el Estado dejará de ingresar.

Sin embargo, no hace falta dejar volar la imaginación para darse cuenta de que las decisiones del Gobierno, a veces, responden a maniobras pensadas y medidas. La respuesta a esta pregunta podemos encontrarla cuando a finales de la semana pasada Moncloa anunció que pondrá a la venta el 49% del capital de AENA, que gestiona los 48 aeropuertos civiles españoles, entre ellos los de Barajas y El Prat.

En teoría, la privatización parcial de AENA, consideraciones políticas al margen, no tiene por qué ser algo negativo, pero las experiencias de privatizaciones anteriores corroboran que somos todos los contribuyentes los que salimos perdiendo con este tipo de ventas y, en definitiva, la propia Administración.

La venta de este 49% de AENA supondrá unos ingresos estimados de 2.500 millones de euros para las arcas públicas, una cifra que puede parecer a priori muy importante, pero que no lo es tanto teniendo en cuenta que estamos hablando de la mitad de todos nuestros aeropuertos, cuyo beneficio neto en 2013 ascendió a 715 millones de euros a pesar de la débil coyuntura económica.

Son elucubraciones, es cierto, pero mucho me temo que ese dinero servirá para tapar parte del agujero que esta reforma fiscal -por cierto, regresiva y a todas luces insuficiente- abrirá en las cuentas públicas. Deberemos esperar a los próximos meses para comprobar si estas aparentes rebajas fiscales se acompañan de subidas en otros impuestos, nuevos recortes o la ampliación de los famosos copagos en los servicios sociales más universales como son la sanidad pública o la educación y en la utilización de infraestructuras.

En definitiva, mucho nos tememos que el actual Gobierno ahondará en adelgazar el peso del Estado y la sociedad del bienestar para hacerle el juego a una reforma fiscal que responde más a intereses electoralistas que a una renovación en profundidad de nuestro sistema tributario; y que, reconocerán conmigo, no hace más que ahondar las diferencias entre los que más tienen y los que tienen menos.

Joan A. Forès
Reflexions

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